Flora intestinal, Microbiota

Flora intestinal, microbiota:

La flora o microbiota autóctona es un conjunto de microorganismos que habitan sobre nuestra piel o en cavidades abiertas, como son principalmente la vagina y el intestino.  En ella existen especies estables y otras transeúntes.

La comunidad microbiana

La comunidad microbiana es distinta en cada individuo, que depende de su genotipo,  de la colonización posnatal y de la alimentación que recibe durante los dos primeros años de vida.

Tras el nacimiento, el intestino que era estéril en el vientre materno,  se coloniza rápidamente,  dependiendo del tipo de parto, de la lactancia, entorno rural o urbano,  país en vias de desarrollo o desarrollado,  infecciones perinatales, uso de antibióticos…..

La microbiota tiene una biomasa considerable. Representa el cuarenta por ciento de la masa fecal. Se compone de 100.000 millones de bacterias. En un individuo adulto hay unas 800 a 1000 especies, las cuales son muy estables en el tiempo. Cada individuo tiene un código de barras bacteriano. Se sabe que personas hospitalizadas o personas mayores hay una disminución de bifidobacterias. Estas bifidobacterias desempeñan un papel importante en la función gastrointestinal e inmunitaria. Existe pues un beneficio en la complementación de determinadas bifidobacterias.  Mejoran el tránsito orofecal y la inmunidad innata, con la consiguiente protección de determinadas infecciones invernales.

Efectos de los probióticos

El aporte de probióticos (lactobacillus y bifidobacterias) tienen efectos positivos en la protección de la barrera intestinal y como inmunomoduladores. La mayoría producen ácidos grasos de cadena corta, protectores en el cáncer de colon, y, compiten con las bacterias patógenas, excluyendolas. Hay algunas especies de probióticos que sintetizan vitaminas y neutralizan carcinógenos.

Además de los probióticos,  se usan también los prebióticos, los fructooligosacaridos y los galactooligosacaridos, la inulina, la lactulosa y los oligosacaridos de la leche materna, que sirven de nutrientes para los probióticos y para su desarrollo.

La población intestinal nos protege de muchas enfermedades. Favorece a la barrera intestinal y evita la entrada de sustancias inadecuadas para el correcto funcionamiento de nuestro sistema inmunológico. Al igual que la piel, la mucosa intestinal debe estar integra para protegernos de las agresiones externas, que en el caso intestinal provienen de químicos que entran por la boca. Muchos de ellos vienen unidos a nuestros alimentos, los cuales, en nuestra sociedad «desarrollada» son sustancias inadecuadas para el metabolismo humano, y, en cantidades pequeñas inofensivas, pero muchas son acumulativas y ello hace que a la larga se favorezcan la aparición de enfermedades. Las enfermedades autoinmunes están muy relacionadas con este concepto.

La microbiota intestinal hay que protegerla. Así conseguimos un refuerzo en la protección de nuestra salud.

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