La dieta definitiva o dieta ideal es una dieta basada en una alimentación saludable. Es una dieta basada en los alimentos que nuestro organismo está preparado para digerir. Tenemos enzimas digestivas que los convierten en moléculas útiles para nuestro cuerpo.
Dichos alimentos, lógicamente, son aquellos que nos da la naturaleza, sin aditivos químicos, industriales, que son sustancias extrañas a la naturaleza y por tanto sustancias que nuestro cuerpo no tiene capacidad para gestionarlas. Estas se pueden acumular en nuestro organismo generando una sobrecarga linfática y produciendo disfunciones que no son visibles a corto plazo y por tanto podemos pasar por alto en la génesis de muchas enfermedades. Estas sustancias químicas son moléculas extrañas, moléculas que nuestro cuerpo detecta como algo extraño y negativo. Es por ello que se pone en marcha la acción de nuestro sistema inmunitario y activamos células inmunitarias que van a producir reacciones a veces indeseables como alergias, inflamaciones inespecíficas, cefaleas, migrañas, dermatitis, inflamaciones intestinales con estreñimiento y diarreas.
La importancia del sistema inmune
Debemos recordar también que nuestro sistema inmune es nuestro ejército para defendernos de cualquier sustancia extraña. Virus, bacterias, parásitos, tóxicos (donde incluimos esas sustancias químicas que la industria nos dice que son inocuas, pero no nos marca la dosis limite de esa inocuidad). Si este ejército se satura, puede ser insuficiente para controlar infecciones incluso para controlar células malignas que se generen en la división celular (continua en todos nuestros tejidos).
La dieta ideal
La dieta ideal es aquella que nos permite funcionar con normalidad bioquímica y que nos ayuda a estar sanos. La salud es el bienestar físico y psíquico del individuo. Cuando este bienestar se altera, la dieta tiene un papel fundamental en el reequilibrio.
La dieta ideal es aquella que nos aporta los nutrientes adecuados, en la cantidad adecuada para nuestro bienestar. Esto nos obliga primero a desintoxicar al organismo, a eliminar toxinas que bloquean el correcto funcionamiento tisular. Una vez eliminadas, debemos disminuir su ingesta, comiendo los alimentos que nos ofrece la naturaleza de forma directa, o sea, lo menos industrializados posible. Progresivamente tendremos un organismo libre de tóxicos, y con los nutrientes necesarios para un funcionamiento normal. Esto nos lleva al consiguiente estado de bienestar físico y psíquico.
Muchas veces necesitamos aportar complementos a esta dieta ideal, bien sea por déficits marcados por nuestra genética o por edad. La valoración médica determina si es o no necesario esos complementos y en que dosis.
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