Bajar de peso cambiando el qué comemos, no cuanto comemos:
Nuestro estilo de vida se ha vuelto más exigente e irregular. Los patrones de alimentación han cambiado en los últimos años. Nos saltamos más comidas, comemos fuera de casa, sobre la marcha, muy tarde y más irregularmente
Comer de forma inconsistente puede afectar a nuestro reloj biológico o ritmo circadiano, que normalmente cumple un ciclo de 24 horas. Muchos procesos metabólicos siguen un ciclo circadiano, como el apetito, la digestión o el metabolismo de la grasa, el colesterol y la glucosa.
La ingesta de alimentos puede influenciar en nuestros relojes internos, particularmente a órganos como el hígado y el intestino.
Nuestro reloj central también está regulado por los ciclos de luz-oscuridad, que afectan a la ingesta de comida.
Varios estudios han demostrado que los trabajadores por turnos son más propensos a padecer cáncer, enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico…..
La importancia del numero de comidas
Comer poco y de forma frecuente se ha adoptado en distintas dietas. Algunos estudios han demostrado que comer tantas veces al día está relacionado con la obesidad. En cualquier caso, sin una ingesta reducida de calorías, comer menos no tiene un impacto positivo sobre la salud.
Se ha demostrado que con quien comemos también influye en la salud alimentaria. Comer habitualmente en familia hace que los niños y adolescentes tengan hábitos alimenticios más sanos.
Hay diferencias regionales. El hecho de que el almuerzo es la comida más importante del día es característico de Francia y la región mediterránea, y refleja la creencia en la importancia del placer de comer acompañados.
Importa la hora de las comidas, con quien compartimos y sobretodo lo que elegimos. La elección de proteínas y de grasas poliinsaturadas, es la mejor elección, junto con una cantidad de hidratos de carbono, especialmente de verduras y frutas. La saciedad que producen estos alimentos nos permite llegar a la siguiente comida sin hambre voraz, ya que nuestro cerebro detecta cuando hay una disminución de azúcar y aminoácidos en sangre, y es, en ese momento cuando empieza la sensación de hambre.