Alimentación y envejecimiento cerebral

alimentación y envejecimiento cerebral

Alimentación y envejecimiento cerebral:

La inflamación está relacionada con el envejecimiento cerebral.  Los investigadores tienen ya muy claro que la dieta está relacionada con el envejecimiento,  en general y específicamente con el envejecimiento cerebral.

Se relaciona un patrón específico con marcadores sanguíneos de inflamación. Además se sabe que hay relación entre la dieta y el volumen de materia gris en nuestro cerebro.

Las personas que consumen pocos ácidos grasos poliinsaturados omega 3, poco calcio, poca vitamina E y D, también pocas vitaminas B2 y B5, tienen mucha más inflamación, llamada silente. Es la inflamación que produce procesos degenerativos en nuestros tejidos, y en concreto en el cerebro.

Se ha relacionado la dieta mediterránea por el consumo en pescado, y aún más la japonesa como dietas antiinflamatorias, y por tanto como dietas protectoras neurológicas.

El aumento en sangre de la proteína C reactiva y el aumento de interleukina 6. Sabemos que son marcadores inflamatorios, por tanto están asociadas a un deterioro neurológico mayor y a un mayor riesgo de Alzheimer.

alimentación y envejecimiento cerebral

La dieta inflamatoria es aquella en la que existen muchos productos animales, en concreto carne roja, embutidos y lácteos.  Todos estos alimentos favorecen la formación de sustancias inflamatorias.  Han de estar compensados con  muchas verduras y frutas para que regulen el metabolismo de las prostaglandinas que son las que equilibran esos efectos inflamatorios.

Dieta antiinflamatoria

La dieta antiinflamatoria por excelencia es la dieta de la zona, en la cual debemos comer un 40 % de hidratos de carbono, un 30 % de proteinas y un 30 % de grasas poliinsaturadas, en cada comida. Con esas proporciones se consigue un control de la insulina, hormona inflamatoria por excelencia.

Se sabe que la insulina es mucho más peligrosa que el colesterol. Por tanto hay que controlar los niveles si queremos controlar patologías inflamatorias como son las cardiovasculares y las neurodegenerativas.

La ingesta de omega 3 en dosis elevadas permite reducir la inflamación que se produce con alimentos inflamatorios como son los animales. La fuente principal de omega 3 son los pescados azules, pero también son fuente de mercurio. Es preferible comer pescados azules pequeños y tomar complementos de omega 3 de calidad y en dosis adecuadas para cada estilo de vida y para cada paciente en función de la genética.

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