Tabaco y envejecimiento prematuro

Tabaco y Envejecimiento Prematuro

Tabaco y envejecimiento prematuro son dos conceptos indisolubles. El primer órgano que se beneficia del dejar de fumar es la piel. El tabaco contribuye a un envejecimiento prematuro por generar muchos radicales libres, lo cual disminuye un 50 % la capacidad antioxidante de la sangre.

La piel es el primer órgano que muestra los signos de la recuperación al dejar de fumar. En poco tiempo recupera gran parte de su esplendor.

¿Cómo afecta el tabaco al envejecimiento prematuro?

Cada bocanada de humo tiene dos billones de radicales libres. Estos generan una oxidación y un envejecimiento prematuro de nuestras células. Por ejemplo, diez años fumando producen una aceleración de dos años en el envejecimiento en general. Esto significa que si llevas 30 años fumando seguramente tu rostro se vea 6 años más anciano de lo que debería.

Con los últimos estudios genéticos se ha visto que a la mujer le afecta más la nicotina que al hombre por el solo hecho de tener más estrógenos.  Los estrógenos y la nicotina siguen la misma ruta metabólica y esto supone mayor toxicidad. La nicotina es vasoconstrictora, se produce una vasoconstricción durante 90 minutos, hay una disminución del 42% de la microcirculación sanguínea.  El aporte de oxígeno y nutrientes se verá reducido, produciendo deshidratación y desnutrición, además del daño que producen otros componentes del tabaco en la síntesis de colágeno y elastina.

Los cambios en el colágeno y la elastina producen una atrofia dérmica, una disminución de fibroblastos y un acortamiento de los capilares, con el envejecimiento precoz de la piel.

Estos efectos, sumados a la menopausia, agravan el proceso. El aspecto envejecido (piel grisácea, delgada, sin tono) se acusa más en la mujer que en el hombre. También se ha asociado el tabaco a la alopecia por falta de vascularización. El pelo pierde luminosidad y se vuelve quebradizo.

Ya ves que, como decíamos al comenzar, tabaco y envejecimiento prematuro no se pueden separar. Si fumas, irremediablemente tu piel sufrirá un envejecimiento acelerado. Las soluciones son dos: dejar de fumar o tratar las zonas afectadas.

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